jueves, 5 de abril de 2012

Confesionario





Los peores pecados los confieso ante Dios,


l
a
                                         Mis mejore(s) pasiones
c
o
n
f
i
e
s
o



en el altar de tu cuerpo.

lunes, 2 de abril de 2012

Desvelo



En noches como esta
cuando el desvelo me arropa
con tu silueta sobre la espalda,
y camina sigiloso sobre el filo de mi almohada.

Puedo decir…

Que me embruja tu mirada
me hechiza tu sonrisa
me provoca el abismo creado sobre tus labios
me cautiva el cielo estrellado en tus caderas
me seduce el roce de tu cuerpo/piel
me fascina tu cabello ondulado
al vértigo de tu lomo.

En fin,
puedo decir,

Me encanta desvelarme
y  escribir un poema con tu recuerdo enredado
entre las sabanas.


Entintados Rojos


La vieja mano
sigue trazando versos
 para el olvido
                                                                                                                                    -Jorge L. Borges
No importa lo que digan
lo que piensen
lo que hablen

Confieso,
no me importa
si me juzgan o margina.

Caminare entre las letras,                                                         
seguiré pintándome entre versos,
beberé más vino,
fumare poemas hasta nacer del humo,
caminare descalzo al sur
con los demás poetas.

Mis manos despoblaran más papeles blancos
mi sangre será tinta roja que cubra la luna
hasta saberme lunático.

Que nadie me busque,
nadie me salve,
porque ya había muerto
y la poesía me salvó.


Olvido


Al fin decidí olvidarte
y desterrarte de los papeles sobre las mesa,
estas serán las últimas líneas que recordaran tus pasos.

Algunos dicen que el amor y el recuerdo son eternos,
para mí no.

Cambiare las reglas de juego y el olvido,
hare trucos y magia,
conjurare a la luna,  al fuego,
y al viento que te sople lejos de mi entorno.

Reinventare formas para
olvidar tus manos,
tu cuello,  tus caderas,
los lunares que dibujaban constelaciones a mis ojos,
tu melena trenzada de erotismos
que llevaba al desmayo de caer en tus mares.

Fumare  tu recuerdo y lo quemare en cenizas.

olvidare,
la pasión que dormía sobre tus pestañas,
los trabalenguas a la hora del beso,
las gotas de sudor que se deslizaban por tu espalda
y tus gemido cuando temblaba                            
bajo tu abdomen.

Hoy me llenare de tu ausencia y olvido,

aprenderé a extrañarte,

a decirte adiós,

porque al fin lo decidí.